El Síndrome de la Impostora
lo sufrimos todas

Como he comentado, no es un trastorno especificado, pero sí una experiencia subjetiva que genera malestar y que puede dificultar la vida de una persona.

Detrás de este concepto hay unos conceptos clave y otros que van orbitando a su alrededor.

• Autoestima y autoconcepto: son conceptos similares pero tienen sus diferencias. El autoconcepto es la idea más objetiva que tenemos de nosotras mismas, la autoestima es la valoración de esa idea que tenemos, por ejemplo, soy introvertida, entraría dentro del autoconcepto, cómo valoro el ser introvertida depende más de la autoestima, no es lo mismo valorarlo como una característica positiva que me permite disfrutar de mi grupo pequeño de amigas, que pensar que soy una ridícula al no disfrutar de grupos grandes.

• Autoconfianza va relacionada con la seguridad que tenemos en nuestras habilidades, en cómo nos vemos de capaces para alcanzar un determinado objetivo.

• Estilo de atribución, es un concepto de psicología que se refiere a dónde ubico al responsable (locus de control), cuando fracasamos y cuando tenemos éxito, si en nosotras o en elementos externos. Un estilo de atribución típico de una persona con el Síndrome de la Impostora suele ser: ante un fracaso, la culpa es mía (locus de control interno), ante un éxito o un logro, es por suerte o porque le caigo bien, etc. (locus de control externo).

• Ansiedad anticipatoria: en el libro hasta habla de casos que ante un ascenso han decidido dejar el trabajo al no verse capaces de afrontarlo. La ansiedad es uno de los grandes males de la sociedad actual, no subestimemos sus efectos en la vida, no normalicemos vivir con ansiedad por favor.

• Merecimiento: el sentimiento de merecer algo. Si siento que soy una impostora, un fraude y que no lo hago bien, no soy merecedora del aumento de salario, de cobrar productividades, de los halagos, etc. y esto afecta directamente algo subjetivo como la autoestima y a algo objetivo como es la brecha salarial que puede existir.

Si todo esto lo relacionamos con el feminismo como movimiento que lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Tenemos un problema cuando las mujeres no creen en sí mismas.

Es un problema social el hecho de que no existan mujeres en puestos de dirección, que no existan mujeres en trabajos típicamente de hombres, es un problema social porque manda un mensaje de que no somos merecedoras de estar en esos puestos, que no somos capaces de estar en esos trabajos y esto es un mensaje que llega a las niñas de hoy.

Hay tantos experimentos en psicología donde se ve este hecho, como las niñas no tienen referentes, esto cala en su mente como que no es posible, y si lo consiguen es porque han tenido que renunciar, porque han tenido que esforzarse más que cualquier otra persona.

Hablar del Síndrome de la Impostora para mi es especialmente importante por este punto.

Necesitamos mujeres seguras, no solo capaces sino que se SIENTAN Y SE CREAN capaces, que sean luz y faro para las niñas que sueñan con ser bomberas, pilotos, neurocirujanas, mecánicas, CEO en multinacionales, etc. No les cortemos las alas antes de que aprendan a volar, seamos el impulso que necesitan.

Así que por esas niñas que necesitan referentes y por esas mujeres que esconden su capacidad y privan al mundo de sus talentos, he decidido trabajar con este libro en el taller de Bibliodesarrollo.