Sobre mí

¿Has sentido alguna vez que antepones las necesidades de los demás a las tuyas?

Posiblemente sí. Puede ser incluso que ahora mismo no reconozcas ni siquiera tus necesidades.

Vamos en piloto automático haciendo “lo que hay que hacer” y cuando te das cuenta no sabes dónde has quedado tú.

La casa, las compras diarias, los peques, las amigas, la pareja, el trabajo, pero también, haz deporte para cuidar tu cuerpo, lee para cuidar tu mente, meditación, cuida tu piel, ve a la peluquería, no te olvides del autocuidado.. ¿auto qué?

Siempre he creído que la vida debería ser más fácil, más fluida. 

Muchas veces parece que estamos en una lucha continua por la supervivencia y de ahí nuestro cuerpo reacciona como si de verdad nos estuviera atacando un león.

Sobre mí

¿Has sentido alguna vez que antepones las necesidades de los demás a las tuyas?

Posiblemente sí. Puede ser incluso que ahora mismo no reconozcas ni siquiera tus necesidades.

Vamos en piloto automático haciendo “lo que hay que hacer” y cuando te das cuenta no sabes dónde has quedado tú.

La casa, las compras diarias, los peques, las amigas, la pareja, el trabajo, pero también, haz deporte para cuidar tu cuerpo, lee para cuidar tu mente, meditación, cuida tu piel, ve a la peluquería, no te olvides del autocuidado.. ¿auto qué?

Siempre he creído que la vida debería ser más fácil, más fluida. 

Muchas veces parece que estamos en una lucha continua por la supervivencia y de ahí nuestro cuerpo reacciona como si de verdad nos estuviera atacando un león.

Entonces llega un momento donde pueden pasar dos cosas:

En los dos casos tu conciencia cambia, te planteas preguntas (cosa que antes no hacías, solo actuabas).

Y es ahí, justo ahí, cuando sabes que algo no marcha como debería y que se hace necesario un cambio. 

La vida debe ir alineada con los valores para que cobre un sentido real, y para ello, el primer paso es reconocer esos valores.

Cuando dejamos de insistir en seguir llenando cada espacio de nuestro día con algo y nos permitimos parar para sentirnos, las respuestas comienzan a llegar.

Entonces llega un momento donde pueden pasar dos cosas:

En los dos casos tu conciencia cambia, te planteas preguntas (cosa que antes no hacías, solo actuabas).

Y es ahí, justo ahí, cuando sabes que algo no marcha como debería y que se hace necesario un cambio. 

La vida debe ir alineada con los valores para que cobre un sentido real, y para ello, el primer paso es reconocer esos valores.

Cuando dejamos de insistir en seguir llenando cada espacio de nuestro día con algo y nos permitimos parar para sentirnos, las respuestas comienzan a llegar.

Para saber qué queremos y qué necesitamos, hay que tomar perspectiva, y ese es justo mi trabajo: ayudarte a ver todo lo que rodea tu vida desde otra vista. 

Cambiar de perspectiva lo transformó todo

En mi caso me pasaron las dos cosas: me di cuenta de que así no quería seguir y mi cuerpo me gritó que así no podía seguir.

Desde pequeña me ha gustado la calma, la tranquilidad, disfrutar de las pequeñas cosas.  Sin embargo, cuando llegué a la universidad mi autoexigencia se disparó. Hice mía la idea de que debía sacarlo todo, de que no podía fallar.

Después de la universidad y de sacar más asignaturas por año de las que tocaba, y trabajar cada día libre que podía, me licencié en psicología.

Emprendí mi propio negocio de psicología y trabajaba de 8 a 21h con una hora para comer. Como me gustaba mi trabajo no creía que fuera excesivo, peeero me quedé embarazada y el pequeño ser de mi interior me dijo que o bajaba el ritmo o me lo bajaba ella.

Y empecé a tomar decisiones. Ahí empecé a tomar conciencia de mi autocuidado: alimentación, deporte, me inicié en el minimalismo, en vivir sin químicos, de forma más natural y consciente.

Cambiar de perspectiva lo transformó todo

En mi caso me pasaron las dos cosas: me di cuenta de que así no quería seguir y mi cuerpo me gritó que así no podía seguir.

Desde pequeña me ha gustado la calma, la tranquilidad, disfrutar de las pequeñas cosas.  Sin embargo, cuando llegué a la universidad mi autoexigencia se disparó. Hice mía la idea de que debía sacarlo todo, de que no podía fallar.

Después de la universidad y de sacar más asignaturas por año de las que tocaba, y trabajar cada día libre que podía, me licencié en psicología.

Emprendí mi propio negocio de psicología y trabajaba de 8 a 21h con una hora para comer. Como me gustaba mi trabajo no creía que fuera excesivo, peeero me quedé embarazada y el pequeño ser de mi interior me dijo que o bajaba el ritmo o me lo bajaba ella.

Y empecé a tomar decisiones. Ahí empecé a tomar conciencia de mi autocuidado: alimentación, deporte, me inicié en el minimalismo, en vivir sin químicos, de forma más natural y consciente.

Mi cambio se inició después de la maternidad

Al principio, empecé a cuidarme por el embarazo (que no por mí) y de alguna manera, volví a conectar con el estilo de vida que me gustaba, una vida más slow, y más equilibrada, dando espacio a más cosas y no solo al trabajo.

El segundo momento donde me di cuenta de que no estaba llevando la vida que yo deseaba, fue unos años después.

Trabajaba en un buen puesto, con un buen horario y un salario a fin de mes, pero no me sentía bien. Necesitaba bajar el ritmo y ser más consciente de mis necesidades.

Mi cuerpo empezó a mandarme señales, tuve un problema intestinal, adelgacé mucho y empecé a marchitarme. Entonces empecé un proceso terapéutico, cosa que recomiendo encarecidamente a todo el mundo. Y tomé más decisiones. Dejé mi trabajo.

Decidí dejar de (sobre) vivir, para empezar a conectar con mis necesidades, con mis valores y crear una vida coherente con estos valores. Retomé formaciones, libros e inicié terapias.

Mi cambio se inició después de la maternidad

Al principio, empecé a cuidarme por el embarazo (que no por mí) y de alguna manera, volví a conectar con el estilo de vida que me gustaba, una vida más slow, y más equilibrada, dando espacio a más cosas y no solo al trabajo.

El segundo momento donde me di cuenta de que no estaba llevando la vida que yo deseaba, fue unos años después.

Trabajaba en un buen puesto, con un buen horario y un salario a fin de mes, pero no me sentía bien. Necesitaba bajar el ritmo y ser más consciente de mis necesidades.

Mi cuerpo empezó a mandarme señales, tuve un problema intestinal, adelgacé mucho y empecé a marchitarme. Entonces empecé un proceso terapéutico, cosa que recomiendo encarecidamente a todo el mundo. Y tomé más decisiones. Dejé mi trabajo.

Decidí dejar de (sobre) vivir, para empezar a conectar con mis necesidades, con mis valores y crear una vida coherente con estos valores. Retomé formaciones, libros e inicié terapias.

Durante todo el camino me ha acompañado la escritura y la lectura, como oasis en el desierto.

Escribía para desahogarme, leía para ilusionarme, e iba a terapia para entenderme.

Y volví a conectar poco a poco conmigo, a identificar qué quería en la vida, lo que me ayudó a tomar mejores decisiones.

Revisando mis escritos me di cuenta de todo el camino que llevaba, me di cuenta de que tenía las respuestas delante y no las veía.

Y después de aunar todas mis pasiones y alinearlos con mis valores todo empezó a cobrar sentido: ayudar a tomar decisiones que te lleven a vivir una vida coherente con tus valores, una vida más equilibrada. Para ello lo primero es descubrirlos y descubrirte. 

La psicología, la escritura y la lectura son mis aliadas para acompañarte en este camino.

Durante todo el camino me ha acompañado la escritura y la lectura, como oasis en el desierto.

Escribía para desahogarme, leía para ilusionarme, e iba a terapia para entenderme.

Y volví a conectar poco a poco conmigo, a identificar qué quería en la vida, lo que me ayudó a tomar mejores decisiones.

Revisando mis escritos me di cuenta de todo el camino que llevaba, me di cuenta de que tenía las respuestas delante y no las veía.

Y después de aunar todas mis pasiones y alinearlos con mis valores todo empezó a cobrar sentido: ayudar a tomar decisiones que te lleven a vivir una vida coherente con tus valores, una vida más equilibrada. Para ello lo primero es descubrirlos y descubrirte. 

La psicología, la escritura y la lectura son mis aliadas para acompañarte en este camino.

Mi trayectoria profesional

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